Riesgos psicosociales en las empresas

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Riesgos psicosociales en el trabajo

Ansiedad, estrés, problemas de sueño, concentración y atención, depresión y absentismo… son algunas de las consecuencias de los llamados «riesgos psicosociales», que son situaciones de riesgo profesional que deterioran la salud psicológica y física de un trabajador debido a la naturaleza y organización de su trabajo.

Existe un estrecho vínculo entre el deterioro de la salud del trabajador y la salud de la empresa, lo que sitúa al directivo en el centro de la prevención y la gestión de riesgos. Para prevenir mejor los riesgos psicosociales y hacerles frente, le presentamos algunas cifras y consejos que le ayudarán a mejorar el patrimonio de su empresa y la salud de sus empleados.

Los riesgos psicosociales en unas pocas cifras

En España como en el resto del mundo, la demanda exponencial de competitividad y crecimiento aumenta la presión sobre las empresas. Esta mayor presión puede tener un impacto considerable en la salud psicológica y física de los empleados y, en última instancia, en la salud de la propia empresa.

He aquí algunas cifras clave sobre la salud psicológica en el trabajo sólo en España:

  • El 55% de los españoles dicen estar desmotivados o desvinculados en el trabajo,
  • Entre el 50 y el 60% de los días de trabajo perdidos se deben a la enfermedad,
  • El 45% de las personas que trabajan sienten que «siempre» o «a menudo» tienen que apresurarse en su trabajo, el 31% dicen que tienen que ocultar sus emociones y el 64% dicen que están sometidos a un trabajo intenso,
  • El 52% de los empleados tiene un alto nivel de ansiedad, y el 24% se encuentra en un estado de hiperestrés.
  • El coste social del estrés laboral se estima entre 2.000 y 3.000 millones de euros

A partir de estas cifras, parece inevitable pensar que la salud económica de una empresa no puede concebirse sin la salud psicológica y física de sus miembros, y que trabajar por la salud de los trabajadores permite reducir diversos riesgos para la empresa, como el aumento del absentismo, la alta rotación de personal, la pérdida de talento y el descenso de la productividad.

Los diferentes riesgos psicosociales

Los riesgos psicosociales son situaciones de trabajo en las que hay:

Estrés

El estrés en el trabajo es el resultado de una discrepancia y un desequilibrio entre la percepción de una persona de la presión impuesta por las exigencias del trabajo (exceso de trabajo, plazos, mala organización), y su percepción de sus propias capacidades y recursos para responder. Como la persona se siente abrumada, sobrecargada y presionada, el estrés puede volverse crónico, y la persona puede entonces sufrir de agotamiento.

Violencia interna y externa

La violencia interna (acoso moral, malas relaciones entre empleados, etc.) afecta a las personas que están dentro de la empresa. Puede ser obra de un individuo o de un grupo de individuos, sean o no superiores. Esta violencia interna incluye humillaciones, agresiones sexuales, insultos e invectivas, acoso moral, comportamientos violentos, etc.

La violencia externa (malas relaciones con los clientes, agresiones, etc.) define la violencia que sufre un miembro de la empresa con personas ajenas a ella con las que entra en contacto en el transcurso de su trabajo: violencia física (amenazas, insultos) o violencia predatoria (robos, hurtos y otras represalias).

Identificación y tratamiento de los riesgos psicosociales

Factores de riesgo psicosocial

He aquí algunos factores de riesgo que probablemente estén presentes en la vida de su empresa y en la organización del trabajo que ha establecido, y que pueden afectar a la salud psicológica de sus empleados.

Sobrecarga de trabajo

La carga de trabajo se caracteriza por la cantidad de trabajo exigida, los plazos requeridos, los recursos proporcionados para facilitar y permitir el trabajo o la organización de las tareas. Si la carga de trabajo que se exige a una persona supera su capacidad para manejarla, y no hay una forma viable de aliviarla u optimizarla (apoyo de compañeros, aprendices, referentes, reorganización de tareas, etc.), la presión acumulada puede ser un factor de riesgo importante para el estrés, la ansiedad o incluso el agotamiento.

Falta de autonomía

Este aspecto está relacionado con el grado de libertad que se da al empleado: ¿puede tomar iniciativas y decisiones? ¿Está «aplastado» por directivas inflexibles en las que no puede intervenir?

Las decisiones inflexibles que no permiten al empleado ningún margen de maniobra limitan a la persona a un papel de ejecutor, impidiéndole organizar el trabajo y aprovechar sus propias habilidades creativas, lo que a su vez limita el sentimiento de autoestima, el placer y, por tanto, el compromiso con el trabajo.

Si la falta de autonomía y libertad se une a la sobrecarga de trabajo, los riesgos de estrés y agotamiento pueden multiplicarse por diez.

Malas relaciones y acoso laboral

Dado que una empresa es un grupo, la calidad y la naturaleza de las relaciones entre sus miembros es crucial para construir un entorno de trabajo gratificante y eficaz. Si las relaciones en el trabajo son de mala calidad (poco o mal intercambio entre compañeros), o si la organización de las relaciones es deficiente (poco espacio o tiempo para el intercambio, barreras jerárquicas rígidas), los empleados que experimentan dificultades pueden no encontrar recursos en su entorno laboral para encontrar soluciones, lo que aumentaría su sensación de aislamiento e inadecuación en el trabajo.

Las situaciones de acoso laboral, ya sean directas (llamadas repetitivas o incumplimiento de los periodos de permiso de la persona), o indirectas (mala organización del trabajo que provoca situaciones de expectación y sobrecarga laboral) aumentan los riesgos psicosociales al incrementar el aislamiento, la presión y el estrés del trabajador.

Pérdida de reconocimiento y compromiso

Para evitar la pérdida de compromiso o las renuncias, es importante que el trabajo tenga sentido para la persona que lo realiza, y que el empleado nunca sienta que su trabajo no tiene sentido, que no entiende los problemas o las motivaciones o que no recibe ningún reconocimiento por su labor. ¿Se valora a los miembros de la empresa por el trabajo que realizan? ¿Se mantienen los intercambios entre los equipos para que todos puedan ver su importancia en la empresa?

Inseguridad y evolución del trabajo

Cualquier cambio o riesgo de cambio que escape al control y a la voluntad del empleado puede generar potencialmente una inseguridad psicológica que conduzca al estrés, la ansiedad y la presión. Estos tipos de cambios son numerosos: traslado, retraso salarial, introducción de nuevas tecnologías, reestructuración, precarización del contrato, despido, etc.

¿Cómo afrontar los riesgos psicosociales?

La prevención de los riesgos psicosociales es una obligación legal para las empresas. Para ello, es necesario tomar ciertas medidas:

Concienciación

La empresa debe ser consciente de la necesidad de vigilar y prevenir los riesgos psicosociales, y no descuidar la importancia de la salud psicológica de los empleados.

También debe ser consciente de que los riesgos psicosociales pueden afectar a todos, independientemente de su experiencia, edad, salario o rango jerárquico, y pueden afectar a cualquier empresa, independientemente de su tamaño y crecimiento.

Por último, la empresa debe ser consciente de que el estrés no es beneficioso y de que no existe el «estrés bueno», que puede equipararse a la simple motivación. Si bien el estrés puede ser un hecho puntual y desaparecer rápidamente (entrega de un trabajo urgente, cambio repentino de trabajo), hay que tener cuidado cuando el exceso de trabajo y la presión se convierten en una norma y un hábito en la empresa, ya que esto se vuelve perjudicial para la salud psicológica del empleado y de la empresa.

Recogida de información

Tras la concienciación, la empresa debe estar atenta (de forma benévola y no en modo de vigilancia) a los cambios de humor y comportamiento de sus empleados (aislamiento, agresividad, cambios de humor). Actuando de forma preventiva, la empresa puede evaluar la situación de su empresa implicando a los empleados y a los colaboradores (médicos del trabajo, psicólogos del trabajo), que pueden evaluar y diagnosticar la salud de la empresa y de sus empleados.

Hora de actuar

Una vez sensibilizada y recopilada la información, la empresa y sus directivos pueden actuar sobre cada uno de los factores de riesgo psicosocial mencionados anteriormente:

Racionalizar la carga de trabajo

El reto es centrarse en las diferentes palancas que rodean el trabajo (su naturaleza, la organización, la gestión del equipo, la comunicación durante el ejercicio, …) para evitar cualquier fallo o sobrecarga de trabajo que el empleado tendría que afrontar solo.

  • En la medida de lo posible, la carga de trabajo debe evaluarse con precisión y deben fijarse objetivos claros, comprensibles y realistas.
  • Debe ser posible garantizar que el empleado tenga la posibilidad de dar un feedback sobre su actividad para indicar las dificultades y las facilidades, y garantizar que tenga los recursos para poder trabajar sin sentirse abrumado por la magnitud de la tarea.
  • No cortar nunca los intercambios y la retroalimentación con los empleados, que deben participar en la organización del trabajo y en la vida de la empresa.

Aumentar la autonomía de los empleados

El reto es asignar e involucrar a los empleados en tareas que valoren sus habilidades y su propia actividad. Por lo tanto, la comunicación es la clave, presentando, discutiendo y proponiendo al trabajador que participe en la organización del trabajo que le concierne, e indicando claramente el margen de maniobra que tendrá para autorregularse. Es a través de la autonomía que el empleado podrá desarrollar sus competencias, implicarse cada vez más en la vida de la empresa, pero también desarrollar nuevas ideas para mejorar su funcionamiento.

Mejorar las relaciones en el trabajo

El reto es trabajar por la solidaridad entre colegas, por espacios de intercambio y por vínculos jerárquicos que sean estimulantes en lugar de abrumadores. Una comunicación sana entre los miembros del equipo, pero también entre los equipos, permite que cada eslabón de la cadena se sienta reforzado por la cohesión del grupo.

Es importante desarrollar hábitos de respeto, comunión, ayuda mutua e interactividad en la empresa. No dude en intervenir en los conflictos para resolverlos, así como en proponer momentos de intercambio colectivo o talleres para que todos puedan expresar sus ideas y motivaciones.

Aumentar el sentimiento de reconocimiento

El reto es conseguir que una comunicación sana permita a cada empleado, al entender su trabajo, comprender su lugar y, por tanto, su importancia en la empresa. El sentimiento de ser consultado es un requisito previo para el sentimiento de contar. Un empleado cuya opinión se cuestiona es un empleado cuya opinión y competencias se reconocen, y cuyo trabajo, por tanto, tiene sentido. Cuando una empresa alcanza sus objetivos, es importante recordar que nadie se queda fuera, para que todos los miembros de la empresa se sientan parte del proyecto y del grupo.

Reducir la inseguridad en el trabajo

¿Están sus empleados bien informados sobre su contrato y la situación de la empresa? ¿Tienen la oportunidad de comunicar sus dificultades y temores a sus superiores?

Es importante, antes de realizar un cambio significativo en una empresa, evaluar el impacto humano que puede tener, comunicar con suficiente antelación a los empleados para evitar cambios bruscos no preparados y, si es posible, implicarlos en la reorganización de la empresa.

Uso de profesionales

Si, a pesar de los esfuerzos de reorganización de la vida laboral y empresarial, observa que un empleado parece sufrir estrés laboral o cualquier otra dificultad derivada de posibles situaciones de riesgo psicosocial, ofrezca a los afectados la posibilidad de consultar a médicos y psicólogos, que encontrarán respuestas individuales y organizativas para mejorar la salud del individuo y de la empresa.

Para ello, el centro de psicología Llanos Senlle le permite ponerse en contacto, de forma gratuita y con total seguridad, con psicólogos cualificados y formados en el diagnóstico y tratamiento de los síntomas y trastornos relacionados con el trabajo.

Si tiene alguna pregunta, no dude en ponerse en contacto con nosotros.

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