Ereutofobia: ¿cómo dejar de sonrojarse en caso de estrés?


Ereutofobia: ¿cómo dejar de sonrojarse en caso de estrés?


Hoy en día es mucho más común ver a muchas personas, sobre todo adolescentes, sonrojarse sin motivo alguno.

Sonrojarse es una preocupación muy común y una muestra de nuestra emoción ante una situación estresante.

Está ligado a emociones intensas como la ansiedad, el nerviosismo, la timidez excesiva o la excitación.

Además, esto puede convertirse muy rápidamente en una verdadera desventaja.

Aunque es un proceso incontrolable, todavía existen algunos trucos bastante efectivos para acabar con la erectofobia.

Descubre algunos de ellos en este artículo.

¿Cuáles son las causas de la ereutofobia?

Derivado de la expresión griega «ereuthos» que significa «rojo» y «phobos» que significa «miedo», la ereutofobia es un miedo tenaz a ruborizarse que se presenta en los seres humanos.

Es en cierto modo la expresión vergonzosa de nuestro estado emocional.

La ereutofobia es uno de los signos más dolorosos de la ansiedad social.

Es una fobia social, un verdadero círculo vicioso del que es importante salir.

Con mayor frecuencia se relaciona con hipersensibilidad e hiperactividad somática.

En el cuerpo humano, es el sistema simpático el que induce el rubor.

También llamado “sistema nervioso autónomo”, es el encargado de regular las diversas funciones del organismo como son los latidos del corazón, la transpiración, el tránsito intestinal y la circulación sanguínea.

Al proporcionar esta función reguladora, el sistema nervioso simpático prepara al organismo para hacer frente a la actividad física o intelectual.

Al mismo tiempo, el sistema nervioso parasimpático se encarga de ralentizar las diversas funciones del cuerpo para conservar la energía.

En caso de una fuerte actividad proveniente del sistema nervioso simpático, éste provoca la dilatación de los vasos sanguíneos de la cara, el cuello y el tórax.

Es a partir de esta dilatación que resulta el rubor.

Esto último también está relacionado con la edad y las habilidades sociales.

Por lo tanto, cuanto más joven eres, más rápido te sonrojas.

Del mismo modo, cuando estás acostumbrado a estresarte en un ambiente lleno de gente, muy rápidamente desarrollas los rasgos de esta fobia social.

En realidad, quien desarrolla esta patología de miedos excesivos no corre peligro, pero aumenta mucho su nivel de estrés y puede desencadenar otras reacciones más o menos peligrosas.

Por ello, es fundamental seguir tratamientos que puedan acabar con esta patología.

El enrojecimiento puede ser causado por factores psicológicos, químicos o incluso fisiológicos.

Factores psicologicos

A nivel psicológico, la emoción ya sea ansiedad, estrés o timidez excesiva provoca un aumento del riego sanguíneo en los capilares, lo que riega el rostro por un efecto de dilatación.

Factores químicos

El rubor puede ser causado por los efectos indeseables resultantes del consumo de ciertos medicamentos con acción vasodilatadora, en particular medicamentos a base de calcio.

De igual forma, puede ser provocada por la ingesta de cafeína, alimentos picantes, ciertos medicamentos, sin mencionar el consumo de alcohol y sobre todo su mezcla con antibióticos.

Factores fisiológicos

El rubor es más común en mujeres premenopáusicas o posmenopáusicas y se caracteriza por una sensación de calor en la cara.

De igual forma, la práctica de actividad física intensa puede ser la causa de un fuerte enrojecimiento del rostro.

Finalmente, el rubor puede estar relacionado con ciertos trastornos como el síndrome carcinoide, el enfisema, las reacciones alérgicas, las infecciones y la rosácea.

Sobre todo, recuerda que no puedes controlar el rubor y que no existe un tratamiento farmacológico para combatirlo.

Pero hay algunos consejos y prácticas que pueden ayudarte.

Lo primero que debes hacer es reconocer que te sonrojas en determinadas situaciones y ya no debes avergonzarte de hablar de ello.

Después de esta fase, debes aprender a no obedecer el rubor cada vez que aparece.

Para ello, debes evitar esconderte o huir en lugar de seguir avanzando, actuar como se debe y mantener tu estado físico a pesar de la situación.

Es cierto que estas técnicas no son fáciles de practicar, pero con algunas sesiones de práctica y algunos métodos de meditación de atención plena, deberías acostumbrarte a ellas.

También es posible deshacerse del rubor con algunos hábitos diarios.

Empieza por ser amable contigo mismo, esto es muy importante para el resto de los ejercicios.

Mejor, debes aprender a sentirte más tranquilo.

Para ello, puedes practicar ejercicios de relajación o simplemente intentar distanciarte de todas las ideas que te llevan a la obsesión.

Además de ser una ansiedad social, la ereutofobia también adquiere una dimensión obsesiva.

Visto desde este ángulo, métodos terapéuticos como la hipnosis, la programación neurolingüística (PNL), la relajación así como el enfoque cognitivo-conductual han mostrado buenos resultados en el tratamiento del miedo a ruborizarse.

También puedes aprender a concentrarte mejor.

Es recomendable centrarse siempre en tu interlocutor y no en ti mismo.

Este es un truco que te permite afirmarte mejor.

También puede disfrutar de ejercicios de meditación, que pueden ayudarlo a volver a centrar su atención en el momento presente y concentrarse mejor en lo que está haciendo.

De la misma manera, la sofrología también sigue siendo una técnica que puede ayudarlo a separar sus sentimientos corporales del evento desencadenante.

Cuando tenga que hacer una presentación frente a un mundo o una audiencia, para evitar cualquier estrés que pueda causar rubor, es recomendable practicar de antemano.

Para lograr esto, invite de dos a cuatro amigos frente a los cuales intente simular su presentación.

Esto le permite familiarizarse con el tema y limitar el daño del estrés.

La simpatectomía torácica es una solución que sigue siendo posible, pero muy poco recomendable.

Se trata de una intervención quirúrgica bastante pesada que requiere varios días de hospitalización y que presenta importantes daños irreversibles.

Consiste en localizar el nervio simpático a lo largo de la columna introduciendo una mini cámara en el tórax.

Una vez localizado, el nervio se corta o se recorta para reducir el nivel de rubor.

Es una intervención que debe considerarse como último recurso y que, por tanto, no constituye un tratamiento de elección en vista de sus efectos secundarios muy desafortunados, en particular la sudoración compensatoria, así como otros inconvenientes.

Los primeros tratamientos, por lo tanto, obviamente siguen siendo los más recomendados y sin efectos secundarios.

Puedes deshacerte por completo de esta fobia social a sonrojarte usando uno de estos tratamientos.

No obstante, además de estos tratamientos, también puedes realizar nuestro taller gratuito de gestión del estrés.

¡Así tendrás más herramientas para liberarte del estrés diario y repercutirá positivamente en tu rubor!

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