Retos profesionales, retos sociales, retos personales…
El hombre moderno ha construido su existencia poniendo el desafío en el centro de su dinámica cotidiana.
La necesidad de reconocimiento se asocia a la par con el factor desafío para constituir una especie de código común para los hombres.
Los modelos y los clichés sociales también han contribuido en gran medida a establecer una determinada imagen de la actuación.
Consecuencia: el individuo, si no tiene cuidado, se encuentra en una espiral que lo mantiene en un estado de presión continua.
Esta acumulación de estrés en contacto con el esfuerzo es calificada por los profesionales como agotamiento emocional.
Es el resultado de un proceso de alteración mental que se desarrolla a lo largo del tiempo, de forma casi imperceptible.
En este artículo te ofrecemos una completa actualización sobre este fenómeno de la modernidad que gana terreno en nuestras sociedades.
Agotamiento emocional, ¿qué es en realidad?
Indice
Los diferentes aspectos de la vida diaria exigen cada vez más requisitos.
Ya se trate de la profesión, la familia o la sociedad en general, el listón de las expectativas se eleva constantemente.
La culpa es de un montón de normas en las que la sociedad se ha encerrado.
Convencionalmente, el individuo modelo es el que corre tras el rendimiento.
Entonces se producen las derivas y, a menudo, se manifiestan en forma de estrés y tensiones mentales.
Brevemente, el agotamiento emocional corresponde a un estado de profundo deterioro mental.
Las demandas profesionales, las responsabilidades sociales y los posibles conflictos que las acompañan aparecen entonces como cargas pesadas.
Este es el resultado de una larga acumulación de emociones y experiencias psicológicamente agotadoras.
Las causas del agotamiento emocional
Te ofrecemos una pequeña tabla para ilustrar un poco el agotamiento emocional.
Muy a menudo, al final de una ajetreada semana de trabajo, el viernes por la noche, la mera mención de la palabra descanso proporciona una especie de frescura interior.
No es así ?
¿Te imaginas que también estás obligado a trabajar los fines de semana, sin posibilidad de descanso?
En ambos casos, los sentimientos que uno experimenta son diametralmente opuestos.
El agotamiento emocional se produce cuando los grandes trastornos afectan el equilibrio mental de una persona durante un período prolongado.
Del mismo modo, cuando las situaciones de conflicto persisten o los problemas se acumulan en el día a día, se inicia un proceso de agotamiento.
A nivel mental, nuestro sistema de supervivencia está naturalmente equipado para enfrentar los desafíos.
Sin embargo, puede ocurrir que determinadas circunstancias generen más presión que otras.
Esto suele ocurrir cuando superamos el umbral de tensión al que nos permite nuestro capital psicológico.
El individuo entonces solicita al extremo las reservas mentales de su organismo.
No se da tiempo de recuperarse para restaurar sus habilidades nerviosas o intelectuales.
Esta generosidad demasiado grande en el esfuerzo conduce a un proceso de estrés progresivo.
Síntomas del agotamiento emocional
El agotamiento emocional es una enfermedad cuyos signos de alarma suelen pasar desapercibidos.
De hecho, estos signos se mezclan con los hábitos cotidianos, profesionales o personales y se vuelven casi imperceptibles.
Te ofrecemos un conjunto de señales silenciosas que anuncian agotamiento emocional y muchas veces no llaman la atención.
En primer lugar, comentaremos el aspecto relativo al estado de desequilibrio nervioso.
Se trata de la irritabilidad.
En un contexto profesional o familiar, los episodios de crisis pueden darse por un motivo u otro.
Sin embargo, si el individuo muestra una tendencia a perder el control o es propenso a cambios de humor frecuentes, ¡entonces tenga cuidado!
El nivel de capacidad de respuesta a las dificultades, la respuesta a los conflictos comunes son pistas claras.
Las sucesiones de noches de insomnio constituyen elementos a considerar detenidamente.
Lo que conviene analizar sobre todo aquí es la causa de este insomnio.
Si se deben a que el individuo insiste una y otra vez en cuestiones laborales y familiares, esto es alarmante.
Este signo suele ir acompañado de un estado de profundo cansancio físico al despertar.
La pérdida de interés y motivación frente a determinados hábitos o actividades habituales también puede ser indicativo de la aparición de agotamiento.
Como otro índice de detección, notamos la dificultad para concentrarse, los frecuentes estados de confusión mental.
La hipersensibilidad al estrés durante el esfuerzo, así como la pérdida de memoria, también se suman a la lista de síntomas.
El descanso como principal solución
Los múltiples síntomas mencionados en el caso del agotamiento emocional confluyen en torno a un factor común: el cansancio mental y físico.
Evidentemente, el remedio ideal en esta situación es, por supuesto, el descanso.
En efecto, las víctimas del agotamiento emocional han estado, en su totalidad, privadas de este recurso durante mucho tiempo.
A nivel profesional, por ejemplo, los sujetos con adicción al trabajo y que no han tomado vacaciones durante mucho tiempo están muy expuestos.
Los otros perfiles en cuestión son personas presentes en relaciones que son fuentes de estrés.
Pueden ser relaciones sentimentales o familiares.
Aún así, el factor descanso está muy poco presente.
El descanso es el remedio por excelencia para calmar los síntomas del agotamiento general.
En general, por descanso entendemos una ruptura en relación con todas las circunstancias que han generado tensiones.
Tomarse unas vacaciones para re-oxigenarse o incluso permitirse ausentarse el fin de semana a pesar de las obligaciones profesionales son buenas soluciones.
Esto te permite desconectarte del estrés ligado al esfuerzo, estar más atento a ti mismo, abrirte a los demás a través del entretenimiento.
Es hora de disfrutar de un viaje de sanación, lejos de todo ruido.
Reconstruir una buena estructura mental
Las personas con agotamiento emocional especialmente pagan un alto precio por su propia construcción mental.
De hecho, ya sea a nivel profesional o familiar, durante mucho tiempo han estado sujetos a un alto grado de exigencia personal.
En otras palabras, han desarrollado un lado perfeccionista que se vuelve en su contra y se convierte en una fuente de tensión mental.
La solución adecuada es simplemente adoptar nuevos hábitos a diario, en definitiva, reprogramarse.
Deshacerse gradualmente de los estilos de vida que generan estrés es la configuración ideal a la que aspirar.
Esto por supuesto requiere introspección y un profundo cuestionamiento de uno mismo.
En conclusión
El agotamiento emocional es un trastorno que requiere una estrecha participación de quienes rodean al paciente para una resolución efectiva.
Este entorno puede ayudarlo a reconstruirse mentalmente gracias a un nuevo modo de funcionamiento a nivel profesional y familiar.
El estado físico y mental muy crítico del paciente también puede requerir el uso de un especialista.
En todos los casos, debe favorecerse el enfoque colectivo.