7 consejos para mejorar la comunicación con los demás
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La comunicación es uno de los elementos fundamentales que estructuran y definen la calidad de tus relaciones con otras personas, ya que es la base de tus interacciones y del intercambio de información. Así que, tanto si quieres empezar una nueva relación como si quieres afrontar un problema de pareja, desactivar una disputa o mantener una relación, unos buenos consejos y hábitos te ayudarán a mejorar tus interacciones, hacerte entender mejor y evitar conflictos. Concéntrese en nuestros 7 consejos para mejorar su comunicación.
Escuchar a la otra persona
Aunque estés convencido de que conoces a la otra persona mejor que nadie, no prejuzgues lo que piensa y va a decir, aprende a escuchar sin cortarle ni caricaturizar sus palabras. Una buena técnica es reformular lo que la otra persona ha dicho después de que haya terminado de hablar. En una frase: «Si entiendo bien, usted…», te asegurarás de que has entendido lo que han dicho, y permitirás que la discusión avance sin necesidad de retroceder por malentendidos. Evite también los monólogos largos que puedan cansar o frustrar a su interlocutor.
Entender lo que te impulsa a comunicar
Comprender el objetivo de su intercambio es fundamental para poder estructurar su comunicación de acuerdo con la situación. Si quieres desactivar un conflicto: ¿lo has iniciado tú o quieres defenderte? ¿Ya se ha advertido a la persona sobre el problema o es la primera vez? Si estás celoso y quieres tener una discusión con tu pareja, ¿estás celoso porque te ha sido infiel o porque te falta confianza? Si entiendes lo que te motiva a comunicarte, podrás hacer peticiones coherentes que puedan ser entendidas y aceptadas por tu pareja. Antes de comunicarte con alguien, hazte una serie de preguntas para aclarar tus intenciones: «¿Cuál es mi objetivo?», «¿La otra persona está de acuerdo conmigo o no?», «¿Tendré que convencerla y proponerle un compromiso?»
Dar tiempo y espacio a la otra persona
Para mejorar su comunicación con una persona, es importante darle un lugar que sea coherente con su interacción y relación. ¿Es la persona su amigo, cliente o jefe? ¿Estás en conflicto con ellos o no, tratas de convencerlos, desactivar una discusión o ayudarlos?
En función de estas características, tendrás que variar el espacio que les das (la distancia entre tú y ellos), o el tiempo y el ritmo de tu discusión (tiempo para expresarte, para pensar en lo que dicen, ritmo del discurso). Un error común (sobre todo en las discusiones) es no dar tiempo a la otra persona para hablar, interrumpirla, hablar demasiado alto o presionarla para que responda rápidamente. Estos comportamientos dan a la otra persona la impresión de que no puede obtener ningún beneficio de la comunicación contigo, y pueden hacer que se enfade, se asuste o aumente la tensión entre vosotros.
Habla por ti
Cuando te comuniques, especialmente en una situación de conflicto, di «yo», y deja que la otra persona hable por sí misma. Hablar en nombre de la otra persona: «tú crees que…», «te gustaría poder…», suele provocar roces y tensiones en los intercambios porque la otra persona se siente psicológicamente desposeída de su persona, y se ve inmediatamente en la tesitura de tener que defenderse (y, por tanto, atacar). Por lo tanto, prefiera hablar de los efectos que tiene algo en usted: «Siento esto, tengo la impresión de que…» en lugar de hablar de las intenciones de la otra persona: «Quiere hacerme sentir esto, me da la impresión de que…».
Cuida tu comunicación no verbal
La comunicación no verbal es su lenguaje corporal cuando se comunica, y es una señal fundamental para evaluar la credibilidad de su comunicación verbal. Imagina que alguien te pregunta cómo estás y tú le dices «estoy bien» con la cabeza gacha, una mirada triste y una postura decaída… Nadie te creerá, porque tu cuerpo no dice lo que dicen tus palabras, y todos tenemos la intuición psicológica de que, en general, el cuerpo engaña mucho menos que las palabras. Por eso, cuida tu postura (la posición de los brazos y del cuerpo, la forma de estar de pie o sentado), para que se adapte a la situación en la que te encuentras y al mensaje que quieres transmitir.
Mira y escucha a la persona que te habla
No te distraigas con la gente que pasa (y mucho menos con tu teléfono), y enviarás una señal de que te interesa lo que dice tu interlocutor, y de que respetas y escuchas su opinión. Gira tu cuerpo hacia la persona con la que te estás comunicando, ten una postura abierta y asiente con la cabeza si entiendes y aceptas lo que te está diciendo, recuerda que lo importante no es sólo entender, sino dejar claro que lo entiendes, así es como la otra persona se sentirá segura, y seguirá comunicándose positivamente contigo.
Buscar el compromiso
Ya sea el padre de un niño que no quiere comer sus verduras, un propietario que quiere reclamar un alquiler impagado o una pareja de enamorados que quiere convencer a su pareja de que pase un fin de semana en casa de sus padres: en todas estas situaciones, es importante entender que la otra persona puede tener una opinión, unos sentimientos y unas razones justificadas para no estar de acuerdo. Numerosos estudios han demostrado que cuando hay un fuerte desacuerdo, cuanto más enérgicamente afirma una persona su opinión, más refuerza la otra su oposición a cambio, un efecto psicológico conocido como «efecto bumerán». Para acercar vuestras posiciones y encontrar un resultado positivo en vuestro intercambio, sé el primero en dar un paso hacia la otra persona y proponer una solución, esto enviará una señal positiva a la otra persona que, por mimetismo o por simple deseo de no ser visto como la persona más testaruda, probablemente dará un paso hacia ti a cambio. No olvidemos que, a veces, un compromiso, aunque no satisfaga necesariamente todas las expectativas iniciales, es siempre mejor que no llegar a ningún acuerdo.